Fabian Jimenez
Cloud Business Development Manager LATAM
El concepto de modelo de trabajo híbrido tomó fuerza durante la pandemia de COVID-19, cuando muchos de nosotros experimentamos la eficacia de trabajar desde nuestros hogares. Empezar a hablar de "híbrido" ayudó a las empresas y a sus empleados a aceptar la idea de que, como ocurre con muchas cosas en nuestro mundo actual, el ideal que buscamos no debe verse como blanco o negro, o como todo online u offline. Cada empresa tiene que encontrar el equilibrio adecuado con las herramientas apropiadas para adaptarse a sus circunstancias y ofertas específicas. Lo mismo ocurre cuando aplicamos la palabra "híbrido" a los servicios en la nube.
En el contexto de la nube, una solución híbrida se refiere a una mezcla de entornos de computación, almacenamiento, soluciones y servicios. Esta mezcla puede estar representada por una combinación de infraestructura digital local, una nube privada y el acceso a una nube pública como Microsoft Azure, Google Cloud Platform o Amazon Web Services. Cuando asesoramos a nuestros clientes sobre qué solución es la adecuada para ellos, a menudo se sorprenden ante la idea de utilizar una gama de servicios en lugar de uno. Para los no iniciados, parece representar un aumento de los costes, un descenso de la seguridad y un riesgo para la integridad de sus datos. Pero en realidad, una solución híbrida suele ser la mejor manera de garantizar que las empresas funcionen de forma rentable y sean aptas para escalar. He aquí algunos puntos que debes tener en cuenta si quieres asegurarte que tu solución en la nube está a punto.
La nube
La mayoría de las organizaciones consideran que las nubes públicas son soluciones fiables para sus necesidades empresariales, al tiempo que ofrecen una escalabilidad (tanto ascendente como descendente) difícil de igualar. Además, existe la ventaja de una baja inversión inicial obvia de no tener que gastar tanto capital para su puesta en marcha. Es cierto que AWS, GCP y Azure, entre otros, han experimentado un enorme auge en su adopción en los últimos años y, para muchos, los pesos pesados son la opción a la cual acudir cuando se trata de implementar una solución sin complicaciones.
Sin embargo, existen ciertos riesgos asociados a la nube: el primero de la lista es que los valiosos datos están inevitablemente en manos de otra entidad. Nunca se sabe exactamente dónde están o quién puede tener acceso a ellos. Esto puede ser lo suficientemente preocupante como para desanimar a quienes manejan datos comercialmente sensibles o buscan proteger la información de sus usuarios y clientes. El segundo problema es el costoso inconveniente de la escalada. A medida que tu empresa crece y buscas ampliar el espacio en la nube, puedes encontrarte con un aumento de las tarifas implicando que el escalado sea prohibitivo.
Otro problema que registramos es la inflexibilidad de las tarifas cuando alcanza el tope máximo de uso de su plan. Hay muchas empresas que registran un mayor uso de datos en determinados momentos del día, la semana, el mes o incluso el año. Y, en estos casos, están a merced de su proveedor de nube para garantizar esa flexibilidad. Hemos comprobado que muchas empresas están pagando más de lo que deberían por su nube cuando cambian su tarifa para gestionar el consumo máximo y se encuentran con que no pueden (u olvidan) volver a cambiarla.
Una nube propia
Entonces, ¿qué pasa si creas tu propia infraestructura de nube, ya sea a través de un servicio de terceros o en un centro de datos externo? Obviamente, esto garantiza que tus datos estarán mucho más seguros que en la nube pública, y permite más personalización y flexibilidad a la hora de hacer frente a los picos de demanda. Sin embargo, a menudo la gente se desanima por el precio asociado a la instalación, olvidando que, con el tiempo, pueden conseguir una cotización más baja en comparación con estar expuestos a las tarifas en espiral asociadas a la escalada en la nube pública. Además, hay que tener en cuenta que la responsabilidad de los datos siempre debe ser contemplada en el plan de continuidad del negocio.
Nube Híbrida
Una solución híbrida ofrece dos diferenciadores clave que la nube privada y la pública no pueden igualar: agilidad y rentabilidad. Si tu empresa necesita adaptarse rápidamente a situaciones cambiantes, o tener un rápido crecimiento y gestionar de manera eficiente su consumo, probablemente la Nube Híbrida sea la solución. Por supuesto que, cuando se trata de empresas que requieren de la gestión de datos para operar diariamente, es difícil pensar en un ejemplo que no necesite adaptarse, pivotar y escalar. Está en su propio ADN. Aprovechando la potencia de las nubes públicas y privadas, y su combinación con recursos locales, se puede lograr la agilidad necesaria para obtener una ventaja competitiva.
La mayoría de las empresas manejan datos de diferentes niveles de sensibilidad. Algunos pueden ser menos sensibles que otros, y una solución de nube híbrida puede brindar la flexibilidad que necesitas para almacenar los datos sensibles en tus propios servidores y en la nube sin los costes asociados por almacenar todos los datos allí.
La eficacia de una solución híbrida sólo puede lograrse identificando primero la forma en que opera tu empresa, desde sus procesos principales hasta la forma en que se gestionan los datos. Los expertos de Noventiq pueden orientarte sobre cómo encontrar la combinación adecuada de herramientas para empresas de todos los sectores. Es esencial apoyar a nuestros clientes más allá de la fase de implementación, comprobando regularmente que la combinación es la adecuada. Al fin y al cabo, las buenas empresas cambian constantemente, al igual que el mundo que las rodea. En lo que respecta a las empresas digitales, perder de vista estos temas puede significar que se está gastando mucho más dinero del necesario.
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